Los Planetas Estacionarios.

  Una etapa muy importante de todo planeta es cuando en su ciclo natural alcanza la fase estacionaria. Indica el corto pe­ríodo de tiempo antes que se vuelva retrógrado o directo. Un planeta en este punto específico de su ciclo está disminuyen­do su movimiento de forma dramática. Tracy Marks sugiere que puede ser considerado estacionario «si su velocidad ha decrecido menos de 1/10 parte de su moción normal». El lector deberá seguir su propio criterio para determinar cuándo un planeta se vuelve estacionario. Normalmente, con los planetas más lentos (como los de la Octava Superior), un pla­neta se considera estacionario cuando permanece en el mis­mo grado y minuto antes de cambiar de dirección. En el caso de los planetas más rápidos, los considero estacionarios sola­mente cuando permanecen en el mismo grado antes de cam­biar de sentido (al menos en lo que respecta a la carta natal, no necesariamente a las progresiones). ¿Qué significa un planeta estacionario en la interpretación natal? Quizás la mejor clave para describir su naturaleza viene dada por su rasgo más obvio: es la concentración intensa en un área defi­nida del horóscopo. Muestran un interés delimitado (según la naturaleza del planeta), lo que sugiere mucha intensidad en su acción. 



  En general, un planeta estacionario no es arrojado con facili­dad del área en que se centra. Al estar virtualmente inmóvil, tiende a atrincherarse firmemente, indica fuerza en la aplica­ción y una persistencia tenaz. Para mejor o para peor, ejerce un gran impacto en la naturaleza del individuo. Sin embargo, debido a los rasgos ya mencionados, también puede describir características que se inmovilizan en la personalidad. El indi­viduo puede volverse muy fijo en su orientación, como para permitir la adaptación, dando por resultado una manera de expresarse inflexible y obcecada. Por otra parte, la fijeza de la condición del planeta indica constructivamente vigor y re­sistencia. Los aspectos a este planeta determinarán si la fase estacionaria tiende a volver al individuo firme y resuelto, o atado a la rutina y estático. Usualmente, se manifestará de ambas maneras según el momento. A menudo necesita con­centrarse completamente en algo que haga funcionar su atención superior si desea darle satisfacción. Sin embargo, deberá ejercitar más objetividad en esta área para no fasci­narse por los procesos de este planeta y excluir el desarrollo de los otros componentes de su personalidad. En una natividad, un planeta estacionario puede estar a punto de volverse retrógrado (denominado estacionario re­trógrado) o directo (estacionario directo). Esta distinción es importante a la hora de la interpretación. Un planeta estacio­nario retrógrado tendrá una disposición más subjetiva, e in­ternalizador, el individuo comenzará a focalizarse en las im­plicaciones psicológicas del planeta con creciente inquietud. Esta fase del planeta exhibe una intensidad más concentra­da, creando un impacto interior mayor del que tendría el mismo planeta si fuese meramente retrógrado.

 Un planeta estacionario directo ya ha asimilado sus impulsos a niveles más profundos e introspectivos y está preparado para emer­ger a la superficie de la conciencia y utilizar lo que ha desa­rrollado sutilmente. Los planetas estacionarios directos pa­recerán más activos, ya que están maduros para comenzar de nuevo según los principios del planeta en cuestión. Exhibirán un alto grado de anticipación, expectativa, o urgencia que no se encuentra a menudo en los meros planetas directos. Sin embargo, dado que ambas estaciones representan a un pla­neta casi inmóvil, los esfuerzos para examinarlo interiormen­te o para su utilización externa deberán ser llevados a cabo con paciencia, minuciosidad y concentración. Se deberán tomar en cuenta los matices. Esta misma dinámica deberá aplicarse a los planetas en tránsito en sus distintas fases. Sin embargo, como ocurre con todos los factores transitantes, las condiciones externas corrientes (más que las facetas enraiza­das del carácter) estimulan la respuesta individual durante los períodos estacionarios. Los tránsitos deben ser interpre­tados dentro del contexto en que se mueve el individuo. Un planeta retrógrado puede eventualmente por progresión alcanzar el punto estacionario antes de ponerse directo. Los planetas más rápidos probablemente lo harán durante el lapso normal de la vida humana (en especial, Mercurio y Venus, y a veces Marte). Para los demás planetas, depende­rá de si sus posiciones retrógradas natales se encuentran ya suficientemente cerca de esta fase dentro de un período de tiempo razonable. Así como la fase estacionaria para algunos planetas puede durar varios días, la influencia de un planeta estacionario progresado puede operar durante varios años. A diferencia de los tránsitos, las progresiones se relacionan más con el desarrollo interno del carácter potencial (que puede o no ser proyectado en las relaciones o los sucesos). Cuanto menos se proyecte un planeta, mejor se asimilará la progresión y más se convertirá en una parte integrante de la naturaleza interna.

   Pero incluso si una progresión bien asimi­lada se expresa a través de un mecanismo de proyección, lo que se proyecta se vuelve constructivo y armonioso para las necesidades del propio carácter. Los tránsitos en cambio ge­neralmente representan condiciones externas existentes en el medio ambiente, que operan a través de asuntos y de situa­ciones concretos. Pero incluso estas energías no siempre serán expresadas a través de circunstancias (ya que los tránsi­tos no se relacionan con hechos personales o la necesidad de actuar). Uno de los misterios de la astrología es que nadie puede predecir con absoluta certeza en qué nivel expresará el individuo estos principios, esto lo determinará el grado de evolución de cada personalidad (más la propia capacidad para servirse del libre albedrío). En general, cuánto más consciente sea un individuo, más propenso será a experimen­tar cualquier planeta (natal, progresado, o transitante) a tra­vés de la actitud y el comportamiento y no a través de las cir­cunstancias concretas y mundanas. Por supuesto, un indi­viduo bien integrado debería ser capaz de transformar con más facilidad esas actitudes en actividad creativa y producti­va sin grandes dificultades.

   Cuando un planeta progresado retrógrado alcanza la fase es­tacionaria y está a punto de volverse directo, el individuo (durante ese año de progresión) vivirá un momento decisivo en su crecimiento interno. Ese año en particular marcará un cambio en la manera de enfocar la vida, descrito por el pla­neta en cuestión. Simbólicamente significará que el período de preparación interna de asimilación e integración está al­canzando su consumación. Ahora deberá focalizarse una vez más sobre el mundo objetivo y comenzar a usar las energías de este planeta para ejercer influencia sobre los asuntos ex­ternos. Podrá movilizar tales energías desde su centro hacia fuera e impactar grandemente a su medio ambiente. Aunque puede exhibir una gran profundidad de comprensión cuando Mercurio en tránsito se pone retrógra­do, sus mentes parecen trabajar mejor, y los planes y decisio­nes personales manifiestan resultados más satisfactorios de los esperados. Naturalmente, estos Mercurios retrógrados tienen algo que comunicar a este respecto, debido a la natu­raleza reflexiva de este planeta. No he sentido ningún co­mentario con relación a los otros planetas. Quizás si un pla­neta natal retrógrado, también se vuelve retrógrado por tránsito, el individuo sintoniza mejor consigo mismo durante este período de tiempo. Estará más activo y expresivo en las áreas de la vida indicadas por su ubicación natal retrógrada. Esto tiene sentido, considerando que durante todos los otros períodos de tránsito directo, el individuo se sentirá fuera de lugar con respecto a lo que debe experimentar en el medio ambiente inmediato, y se comportará de manera distinta. La sintonía presente sugiere un grado de realización interior para tal persona, incluso si las condiciones externas son dis­tintas. Probablemente estará muy conectado consigo mismo a niveles profundos en este aspecto, y por lo tanto se sentirá más sincronizado con los sucesos externos durante este breve período. Hay muchas otras condiciones sobre las cuales especular, por ejemplo: ¿Operan con las progresiones conversas, o por di­rección de arco solar? (lo que acelera marcadamente el mo­vimiento de los planetas de la Octava Superior volviéndolos más accesibles a la predicción), y ¿cómo hay que considerar­los en lo que respecta a las cartas compuestas, especialmente cuando una persona tiene un planeta retrógrado y la otra no? Ahora describiré los efectos que la retrogradación imprime en los planetas.
   
Fuente:  astrologiapsicologiaholistica  -Los dioses de la sincronicidad-.

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