Visión budista de los aspectos de la Luna con Mercurio.

Conjunción

     La sensibilidad y el intelecto están unidos. El individuo tiende a pensar en contenidos emocionales. Su expresión verbal posee emoción natural. Los ambientes positivos dan a la persona una forma agradable de hablar. Un maestro tiene la capacidad de pronunciar discursos compasivos y conmovedores. Los entornos tensos desequilibran las emociones. En este caso los sentimientos interfieren con las habilidades comunicativas. Este aspecto mezcla la compasión y el intelecto.

Cuadratura

    La sensibilidad y el intelecto están en tensión. Los pensamientos tienen una poderosa dinámica emocional. Un buen ambiente estimula un modo de hablar apasionado. La gente detecta con facilidad las emociones de esta persona. Las situaciones tensas invocan sentimientos que no favorecen las habilidades comunicativas. La mente se aflige ante los asuntos emocionales delicados. Los tipos de meditación como la vipassana y el zen son compatibles con este aspecto, pues permite que se genere un espacio entre los sentimientos y la expresión verbal.

Oposición

    La sensibilidad y el intelecto están polarizados. Un lado es sensible y compasivo, mientras que el otro es cerebral. Ambos extremos se manifiestan como sentimientos sin inteligencia o como palabras sin sentimientos. Suele ser la situación particular la que dicta cuál aspecto domina. El diálogo presenta el intelecto, la emoción y la sensibilidad. El equilibrio conoce los sentimientos personales y sabe articular el contenido intelectual. El balance perfecto tiene como resultado la comunicación sólida y empática. La peor expresión de este aspecto son los arranques emocionales con poca capacidad comunicativa.

Sextil y Trígono
   La sensibilidad y el intelecto están en armonía. Las palabras se hallan en equilibrio con el impacto emocional. La sensibilidad guía a la mente para responder ante las emociones ajenas. Este aspecto es benéfico para los maestros e instructores, pues sus enseñanzas se impregnan de compasión.